Rosario se aleja

Nos vemos zarpar. La gente en el muelle no entiende lo que está sucediendo. No sólo para nosotros esto está siendo algo extraordinario. Entre una cosa y otra el barco tarda en irse, sin embargo, le gente espera hasta el último momento.

De nuevo las referencias cinematográficas. Hace mucho no veo gente saludar un barco que parte. En nuestra alegría, saludamos también.

Nos alejamos de La Fluvial. Un grupo de chicos grita: “Saludá, viejo, saludá!” Una petición que suena más a una obligación. Hay que hacerlo.

El imaginario de un barco de pasajeros que parte en el medio de la noche, se volvió a llenar.