Para recordar el sentido de quedarse

Este país merece ser abandonado, como él nos abandonó hace tiempo. Las ganas no faltan, irse y, como Mangoré, no llevar ni la tierra en los zapatos. Siento eso y luego recuerdo el poema que el viejo le escribió a Mida Rivarola. Y entonces siento que no le daría ese gusto a nadie.

Poema XXII

Esteban Cabañas

A Milda

No vamos a retirarnos

ni a adelgazar el humo

que cabe en una horquilla

ni a reventar las calles con granadas

o brazos o luciérnagas

Acaso venga un viento

que limpie las veredas

Acaso pueda desaguar el río

No vamos a indagar los perdigones

ni a convocar al vástago

No queremos políticos

ni circos

ni ladrones

No vamos a dejar el sitio

que lo sepan

Que lo sepan las sombras

de los torturadores

la piel de los caídos

más allá del tormento

Los que están bajo el viento oscuro de la noche

los que están aquí mismo

con el corazón hueco

en mudez y en memoria

Los que hasta ayer veían

con el sueño

y hoy parece que han partido

hacia otro sueño

o quizá hacia otra orilla