2021

A inicios de este año y casi como un augurio, visité este lugar: un cementerio creado por Enric Miralles, al que recordaba por menciones de mi madre. El lugar para mí era muy familar con partes sin terminar y juegos de planos, aberturas y luz.

Vuelvo a este ojo de cielo, elijo donde mirar. No hay júbilo, solo un ojo que observa el devenir. Hay, eso sí, el deseo que no sucumbe. Y esto que parece poco, es lo que deseo hoy, que el tiempo no empeore, y eso, pienso, será mucho.

Deja un comentario