San Pedro

La llegada a San Pedro se produce ante la mirada de unos niños y muchachos que se bañan en el río. Hemos remontado el Baradero y bajamos de la lancha con toda la cantidad de petates que poseemos. Un desastre de pertenencias. Pancho me ayuda con la biblioteca. Nos espera un bus a poca distancia del pequeño muelle.

Paseamos, comimos ensaimadas, Reboratti nos mostró barrancas. Una señora salía de su hermosa casa mientras pasábamos en frente. “Ya no vienen más barcos por acá, antes íbamos a ver la llegada del Vapor de la Carrera”.

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